Nuestras manos crean
Nuestras manos cargan
y sostienen
y tienen memoria.
Nuestras bocas son para besar y ser besadas.
Nuestras bocas son más que labios.
Nuestras manos son perfectas, hacen y deshacen, tocan, sienten, muestran.
Nuestras piernas bailan y huyen del maltrato.
Nuestras bocas pueden ser rojas o transparentes pero la valentía de nuestras palabras es la misma.
Nuestras manos son fuertes porque acarician.
Nuestras piernas no tienen que esconderse, nos sostienen, nos obligan a huir de lugares incómodos.
Nuestras piernas son fuertes, nos llevan de aquellos lugares de donde no queremos estar más, cargan un peso que va más allá del de nuestro propio cuerpo.
Nuestras piernas son magníficas, el mundo quiere ocultarlas, detenerlas, volverlas objeto.
Nuestras piernas son nuestras, solo propias, para mostrarlas y honrarlas.
Nuestras bocas son poderosas, gritonas, rabiosas, románticas y apasionadas, por amor, por ira, por derecho.
Nuestras piernas son de mujeres adultas.
Nuestras manos tienen todas las formas, los colores, los grosores pero la ternura es la misma.
Nuestras bocas están hechas para nunca callar, quizá por eso a veces están tan secas.
Nuestras manos tocan, dan, quitan, reciben, arrebatan, entregan, cocinan, escriben, hablan.
Nuestras piernas mueven al mundo, mueven emociones, mueven miedos, mueven hijos, mueven muebles…
Nuestras bocas ya no callan, ahora cantan.
No somos solo pero somos también nuestras bocas, manos y piernas.
Aneth Cepeda, Dolores Castillo Díaz, Jessica Valencia, Lidia Almaza y Melissa Llamas
Edición 13
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